El personal en general muy amable y atento, de buen trato y por eso da pena decirles algo en ese momento, pero el cuarto que me tocó tenía instalaciones deficientes, la taza no servía bien y la regadera semitapada, era un fastidio, salía mal el agua. No sé de donde salían pero siempre encontré animalillos en las paredes, a la entrada de la puerta y el baño. Las cortinas muy sucias y además hay un ruido horrible, como el sonido de una bomba que se escucha todo el tiempo y así es imposible descansar, el jacuzzi con niños sin supervisión de adultos, como si fuera alberca, con gritos y clavados, además sucia el agua, los elevadores siempre olían feo y el estacionamiento techado es insuficiente.
La comida ni hablar, mejor ni probé. No creo volver.