Hemos pasado tres semanas en pareja y con amigos y la experiencia en mitad de la montaña, pero cerca de Tábua con todos los servicios, ha sido estupenda (imprescindible disponer de un vehículo). Hemos hecho excursiones a ciudades y pueblos de la región, hemos ido a bañarnos al Atlántico, hemos hecho senderismo desde la casa y hemos disfrutado de la casa y el jardín, especialmente de las noches frescas incluso en agosto. Lo que más nos ha sorprendido han sido las magníficas playas fluviales de la zona (incluso con banderas azules), el frescor y transparencia del agua de los ríos y la belleza de los entornos. Laura y Andrew han sido unos anfitriones muy especiales, siempre disponibles y siempre discretos y respetuosos. La casa ha resultado muy cómoda, nos han facilitado todo lo necesario, hemos llegado a dormir cinco personas. Ha sido un lujo degustar los exquisitos huevos, verduras y frutas de la pequeña explotación que regentan los propietarios. En resumen, máxima satisfacción con este alojamiento vacacional y con sus anfitriones.