Mi esposo y yo disfrutamos no tan solo de un buen lugar, con todas las comodidades a un buen precio, sino también el poder compartir con los huéspedes, pues la cocina fue el centro de sanas conversaciones. Además de compartir buena información de experiencias en lugares cercanos y lejanos para visitar. Nuestra anfitriona Gaby es súper amable y con la buena disposición de ayudar en cualquier momento. Lo recomiendo a personas sociales, aunque también hay espacio para las más tranquilas e individuales.